Hoy amor
me quedo en nuestro malecón
te esperaré
guardaré tu calor
aquí en mi pecho mi amor
pasaré noches como quien
espera la muerte.
Hoy amor
recuerdo tu rostro
tu mirada tan hermosa
tu abrazo inolvidable
tus caricias en la penunmbra
tu amor en mis labios.
Hoy amor
por fin creo verte
te acercas, sí eres tú amor
mis brazos cansados
aún pueden abrirse para recibirte
ven por favor acércate
déjate ver
mis ojos no son los mismos
estas aquí
te extrañé
mírame quiero recordar tu mirada
abrázame porfavor
vuelve a cubrirme de amor.
Vavrinel
Sueño de Dos
Mira, dijo la luna feliz
dejemos de brillar, dijeron las estrellas
regocijados en una abrumadora
noche húmeda de alientos esperados
desvelos de estación que dos almas
apasionadas están juntas viviendo
uniendo sus cuerpos en la brisa de
sus besos
una sombra del bendito olvido
cubre sus cuerpos refugiados entre sí
la soledad se separa, testigo de
tnato amor llora de felicidad cálida
y acogedora en un sueño de dos.
Vavrinel
dejemos de brillar, dijeron las estrellas
regocijados en una abrumadora
noche húmeda de alientos esperados
desvelos de estación que dos almas
apasionadas están juntas viviendo
uniendo sus cuerpos en la brisa de
sus besos
una sombra del bendito olvido
cubre sus cuerpos refugiados entre sí
la soledad se separa, testigo de
tnato amor llora de felicidad cálida
y acogedora en un sueño de dos.
Vavrinel
Victoriosos
A orillas de un lago y a la sombra de los cipreses y los sauces, el hijo de un granjero contemplaba las aguas quietas y silenciosas.
Se había sentido atraído por la Naturaleza, donde todo nombra al amor: donde las ramas se abrazan, las flores se atraen, la hierba se mece grácilmente, las aves se llaman unas a otras, y Dios predica su Evangelio a todas voces.
Era un joven que el día anterior había contemplado a una joven doncella en compañía de otras damas junto a aquel mismo lago. Se había enamorado de ella profundamente en el instante en que la vio.
Mas al enterarse de que era la hija del emir, culpó a su corazón por haber abierto las puertas. Pero la culpa nunca desvía al corazón de su propósito, ni la soledad aparta al alma de la verdad. Un hombre, entre su alma y su corazón es como un arbolillo entre los vientos del norte y del sur.
Al mirar alrededor de sí con obnubilados ojos, vio a las humildes violetas crecer junto al noble jazmín; vio posados en un mismo árbol al colibrí y al petirrojo. Sin embargo, el clamor de su corazón insistía en que las filosas hierbas que acechaban las raíces herían el árbol majestuoso.
Lloró de aflicción, pero las horas se desvanecieron como sutiles espectros.
-Lo que aquí veo es el amor mofándose de mí -dijo, con un suspiro suave y cariñoso-, convirtiendo mis esperanzas en pena y mis deseos en desgracia.
"El amor que venero eleva mi corazón hasta el palacio de su padre, el emir y lo hace descender hasta la choza del granjero; guía con firmeza hasta mi espíritu a una joven mujer rodeada de admiradores, servida por esclavos y protegida por la fuerza de sus antepasados.
¡A ti te sigo, oh amor!
"¿Qué pretendes de mí? He caminado de tu mano por el sendero en llamas, y al abrir los ojos no vi nada más que tinieblas. Mis labios vacilaron, pero tú sólo les dejaste pronunciar palabras de desdicha. Amor, tú has generado el ansia en mi corazón con la dulzura de tu presencia, pues yo soy débil y tú eres fuerte; ¿por qué luchas contra mí?
"Soy inocente y tú eres justo. ¿Por qué me oprimes?
"Eres mi propio ser. ¿Por qué me hieres?
"Eres mi fortaleza. ¿Por qué me debilitas?
"Eres mi guía. ¿Por qué me abandonas en este salvajismo?
"Estoy a tu merced, y no seguiré otro camino más que el tuyo. Es tu voluntad y mi obediencia lo que alegra a mi alma, ensombrecida a la intemperie por tus alas.
"Los arroyos corren presurosos hacia su amante, el mar.
"Las flores sonríen a su amado, el sol.
"Las nubes descienden a su pretendiente, el valle.
"Soy invisible para las flores, desconocido por los arroyos, ignorado por las nubes.
"Me siento solo, y lejos de aquel que no me acepta como soldado de la guardia de su padre, ni como siervo de su palacio; ella ignora mi propia existencia.
Permaneció en silencio unos segundos, como si quisiera aprender el lenguaje del murmullo del arroyo y el susurro de las hojas.
-Y tú, cuyo nombre temo pronunciar -dijo luego-, recluida tras las sombras de la gloria y los muros de la dignidad y las puertas de acero. ¿dónde podremos reunirnos sino en la Eternidad? Allá podremos expresar las reglas de la igualdad y la autenticidad.
"Te has apoderado de mi corazón a quien el Amor había bendecido, y has esclavizado a mi corazón al que Dios había honrado.
"Ayer vivía en paz y despreocupado en estos campos; sin embargo, hoy soy prisionero de mi corazón ausente.
"Al verte, oh Bella, comprendí el propósito de mi venida al mundo.
"Cuando descubrí que eras princesa y consideré mi pobreza, comprendí que Dios posee un secreto ignorado por el hombre; que un secreto sendero guía al espíritu hacia sitios donde el amor se despoja de las costumbres de la tierra. Al mirarte a los ojos, supe que ese sendero conduce a un paraíso cuya puerta es el corazón humano.
"Y al comparar tu condición con mi desventura, las vi como un gigante y un enano trabados en dura lucha, y advertí que esta tierra ya no es más mi patria.
"Ayer te vi rodeada de vírgenes, como una rosa entre los mirtos, y comprendí que esa visión me había sido concedida por los cielos. Pero conociendo la gloria de tu padre, descubrí que esas manos que cortaban la rosa pronto sangrarían a causa de espinas ocultas, vistas demasiado tarde, y lo que mis sueños me habían revelado se desvanecería con el despertar.
El joven se puso de pie y se dirigió lenta y tristemente hacia un manantial. Se cubrió el rostro con las manos, y clamó con desesperación:
-Oh; Muerte, ven y llévame que la tierra, cuyas espinas hieren a las rosas, no es justa; ven y líbrame de este reino de diferencias en un mundo que derriba al amor de su gloria celestial y la reemplaza. por hueca dignidad. Ayúdame, oh Muerte, porque la Eternidad es el único sitio. Allí aguardaré a mi amada.
Al atardecer aún vagaba en cuerpo y alma, y el sol ya había retirado sus rayos de los campos. Se cobijó bajo el mismo árbol junto al que la hija del emir había caminado.
Reclinó la cabeza en su seno, como si quisiera evitar el estallido de su corazón.
En ese momento una bella mujer apareció detrás de los sauces, arrastrando sus vestiduras por la hierba verde. Se le acercó y pasó su suave mano sobre la cabeza de él. Presa de la locura la miró fijamente, como negándose a creer lo que veían sus ojos. ¡Era la hija del emir!
Se hincó de rodillas como Moisés ante el arbusto en llamas; se esforzó por hablar, mas las palabras habían sido reemplazadas por las lágrimas.
La princesa lo abrazó y selló sus labios con un beso; secó sus lágrimas con sus mejillas, y con una voz más suave que los sonidos de la música le dijo:
-Has hecho aparición en mis sueños de tristeza y tu imagen ha puesto fin a mi soledad. Eres el compañero de mi alma extraviada, y la otra mitad que me fue arrebatada al venir a este mundo.
"He huido del palacio para verte, y ahora estás conmigo. No temas; he abandonado la gloria de mi padre para seguirte hacia tierras lejanas y para beber contigo de la copa de la vida y de la muerte. Huyamos de este sitio hacia otro donde esta tierra no esté junto a nosotros.
Caminaron uno junto al otro entre medio de los árboles, hasta que los ocultó la oscuridad de la noche. Muy pronto, un creciente destello de luz los envolvió. Entonces ya no temieron a la oscuridad, ni a los castigos de su padre.
En el extremo más alejado de la tierra, los soldados del emir hallaron dos esqueletos humanos. Del cuello de uno de ellos pendía un candado de oro, y junto a él había una gran piedra. Sobre cada uno estaba escrito:
Lo que la muerte toma
Ningún hombre puede restituir;
Lo que los cielos han bendecido
Ningún hombre puede castigar;
Lo que el Amor ha unido
Ningún hombre puede dividir;
Lo que la Eternidad ha deseado
Ningún hombre puede alterar.
Khalil Gribran
Se había sentido atraído por la Naturaleza, donde todo nombra al amor: donde las ramas se abrazan, las flores se atraen, la hierba se mece grácilmente, las aves se llaman unas a otras, y Dios predica su Evangelio a todas voces.
Era un joven que el día anterior había contemplado a una joven doncella en compañía de otras damas junto a aquel mismo lago. Se había enamorado de ella profundamente en el instante en que la vio.
Mas al enterarse de que era la hija del emir, culpó a su corazón por haber abierto las puertas. Pero la culpa nunca desvía al corazón de su propósito, ni la soledad aparta al alma de la verdad. Un hombre, entre su alma y su corazón es como un arbolillo entre los vientos del norte y del sur.
Al mirar alrededor de sí con obnubilados ojos, vio a las humildes violetas crecer junto al noble jazmín; vio posados en un mismo árbol al colibrí y al petirrojo. Sin embargo, el clamor de su corazón insistía en que las filosas hierbas que acechaban las raíces herían el árbol majestuoso.
Lloró de aflicción, pero las horas se desvanecieron como sutiles espectros.
-Lo que aquí veo es el amor mofándose de mí -dijo, con un suspiro suave y cariñoso-, convirtiendo mis esperanzas en pena y mis deseos en desgracia.
"El amor que venero eleva mi corazón hasta el palacio de su padre, el emir y lo hace descender hasta la choza del granjero; guía con firmeza hasta mi espíritu a una joven mujer rodeada de admiradores, servida por esclavos y protegida por la fuerza de sus antepasados.
¡A ti te sigo, oh amor!
"¿Qué pretendes de mí? He caminado de tu mano por el sendero en llamas, y al abrir los ojos no vi nada más que tinieblas. Mis labios vacilaron, pero tú sólo les dejaste pronunciar palabras de desdicha. Amor, tú has generado el ansia en mi corazón con la dulzura de tu presencia, pues yo soy débil y tú eres fuerte; ¿por qué luchas contra mí?
"Soy inocente y tú eres justo. ¿Por qué me oprimes?
"Eres mi propio ser. ¿Por qué me hieres?
"Eres mi fortaleza. ¿Por qué me debilitas?
"Eres mi guía. ¿Por qué me abandonas en este salvajismo?
"Estoy a tu merced, y no seguiré otro camino más que el tuyo. Es tu voluntad y mi obediencia lo que alegra a mi alma, ensombrecida a la intemperie por tus alas.
"Los arroyos corren presurosos hacia su amante, el mar.
"Las flores sonríen a su amado, el sol.
"Las nubes descienden a su pretendiente, el valle.
"Soy invisible para las flores, desconocido por los arroyos, ignorado por las nubes.
"Me siento solo, y lejos de aquel que no me acepta como soldado de la guardia de su padre, ni como siervo de su palacio; ella ignora mi propia existencia.
Permaneció en silencio unos segundos, como si quisiera aprender el lenguaje del murmullo del arroyo y el susurro de las hojas.
-Y tú, cuyo nombre temo pronunciar -dijo luego-, recluida tras las sombras de la gloria y los muros de la dignidad y las puertas de acero. ¿dónde podremos reunirnos sino en la Eternidad? Allá podremos expresar las reglas de la igualdad y la autenticidad.
"Te has apoderado de mi corazón a quien el Amor había bendecido, y has esclavizado a mi corazón al que Dios había honrado.
"Ayer vivía en paz y despreocupado en estos campos; sin embargo, hoy soy prisionero de mi corazón ausente.
"Al verte, oh Bella, comprendí el propósito de mi venida al mundo.
"Cuando descubrí que eras princesa y consideré mi pobreza, comprendí que Dios posee un secreto ignorado por el hombre; que un secreto sendero guía al espíritu hacia sitios donde el amor se despoja de las costumbres de la tierra. Al mirarte a los ojos, supe que ese sendero conduce a un paraíso cuya puerta es el corazón humano.
"Y al comparar tu condición con mi desventura, las vi como un gigante y un enano trabados en dura lucha, y advertí que esta tierra ya no es más mi patria.
"Ayer te vi rodeada de vírgenes, como una rosa entre los mirtos, y comprendí que esa visión me había sido concedida por los cielos. Pero conociendo la gloria de tu padre, descubrí que esas manos que cortaban la rosa pronto sangrarían a causa de espinas ocultas, vistas demasiado tarde, y lo que mis sueños me habían revelado se desvanecería con el despertar.
El joven se puso de pie y se dirigió lenta y tristemente hacia un manantial. Se cubrió el rostro con las manos, y clamó con desesperación:
-Oh; Muerte, ven y llévame que la tierra, cuyas espinas hieren a las rosas, no es justa; ven y líbrame de este reino de diferencias en un mundo que derriba al amor de su gloria celestial y la reemplaza. por hueca dignidad. Ayúdame, oh Muerte, porque la Eternidad es el único sitio. Allí aguardaré a mi amada.
Al atardecer aún vagaba en cuerpo y alma, y el sol ya había retirado sus rayos de los campos. Se cobijó bajo el mismo árbol junto al que la hija del emir había caminado.
Reclinó la cabeza en su seno, como si quisiera evitar el estallido de su corazón.
En ese momento una bella mujer apareció detrás de los sauces, arrastrando sus vestiduras por la hierba verde. Se le acercó y pasó su suave mano sobre la cabeza de él. Presa de la locura la miró fijamente, como negándose a creer lo que veían sus ojos. ¡Era la hija del emir!
Se hincó de rodillas como Moisés ante el arbusto en llamas; se esforzó por hablar, mas las palabras habían sido reemplazadas por las lágrimas.
La princesa lo abrazó y selló sus labios con un beso; secó sus lágrimas con sus mejillas, y con una voz más suave que los sonidos de la música le dijo:
-Has hecho aparición en mis sueños de tristeza y tu imagen ha puesto fin a mi soledad. Eres el compañero de mi alma extraviada, y la otra mitad que me fue arrebatada al venir a este mundo.
"He huido del palacio para verte, y ahora estás conmigo. No temas; he abandonado la gloria de mi padre para seguirte hacia tierras lejanas y para beber contigo de la copa de la vida y de la muerte. Huyamos de este sitio hacia otro donde esta tierra no esté junto a nosotros.
Caminaron uno junto al otro entre medio de los árboles, hasta que los ocultó la oscuridad de la noche. Muy pronto, un creciente destello de luz los envolvió. Entonces ya no temieron a la oscuridad, ni a los castigos de su padre.
En el extremo más alejado de la tierra, los soldados del emir hallaron dos esqueletos humanos. Del cuello de uno de ellos pendía un candado de oro, y junto a él había una gran piedra. Sobre cada uno estaba escrito:
Lo que la muerte toma
Ningún hombre puede restituir;
Lo que los cielos han bendecido
Ningún hombre puede castigar;
Lo que el Amor ha unido
Ningún hombre puede dividir;
Lo que la Eternidad ha deseado
Ningún hombre puede alterar.
Khalil Gribran
Risas y Lágrimas
Cuando el sol se alejó del jardín, y la luna lanzó sus mullidos rayos sobre las flores, me senté bajo los árboles a meditar sobre el fenómeno de la atmósfera, contemplando entre las ramas la profusión de estrellas que resplandecían como plateadas motas sobre alfombra azul; y pude oír a la distancia el agitado murmullo del arroyo, que saltarín y presuroso se encaminaba hacia el valle.
Cuando las aves se guarecieron entre las ramas y las flores plegaron sus pétalos, y cayó el terrible silencio, escuché el susurro de unos pasos en la hierba. Agucé el oído y vi que una joven pareja se aproximaba a mi árbol. Se sentaron bajo sus ramas desde donde podía verlos sin ser visto.
El joven miró hacia uno y otro lado, y luego oí que decía: -Siéntate a mi lado, amada mía, y escucha mi corazón; sonríe, que tu felicidad es el símbolo de nuestro futuro; sé dichosa, que los días luminosos se regocijan con nosotros. "Mi alma me alerta de la duda de tu corazón, porque dudar del amor es pecado.
"Pronto serás la dueña de este vasto territorio, iluminado por esta luna maravillosa; pronto serás la señora de mi palacio y los siervos y criados estarán a tus órdenes.
"Sonríe, amada mía, como sonríe el oro de las arcas de mi padre.
"Mi corazón rehusa negarte su secreto. Doce meses de viajes y placer nos aguardan; pasaremos un año derrochando el oro de mi padre en los azules lagos de Suiza, y contemplando los monumentos de Italia y Egipto, y descansando bajo los Sagrados Cedros del Líbano; conocerás a las princesas que te envidiarán las joyas y vestidos.
"Todo esto haré por ti; ¿Estarás satisfecha?
Pronto los vi pisotear las flores como los ricos pisotean los corazones de los pobres. Cuando se alejaron de mi vista comencé a hacer comparaciones entre el dinero y el amor, y a analizar el lugar que ocupaban en mi corazón.
¡Dinero! ¡Origen del amor insincero, fuente de falsa luz y fortuna; manantial de aguas contaminadas; desesperanza de la ancianidad!
Aún vagaba por el vasto desierto de la meditación cuando una pareja desaliñada y espectral pasó junto a mí y fue a sentarse en la hierba; dos jóvenes, un hombre y una mujer, que habían salido de la choza de su granja cercana para venir a este sitio desapacible y solitario.
Después de unos instantes de completo silencio, escuché las siguientes palabras, pronunciadas entre suspiros por entristecidos labios:
-No derrames lágrimas, amada mía; el amor que abre nuestros ojos y esclaviza nuestros corazones nos brinda las bondades de la paciencia. Consuélate de nuestra demora, porque hemos hecho un voto y hemos penetrado en el santuario del Amor; porque nuestro amor crecerá en la adversidad; porque en nombre del Amor padecemos los obstáculos de la pobreza y el rigor de la desdicha y el vacío de la separación. Combatiré estas penurias hasta triunfar, y poner en tus manos el valor que te ayudará a pesar de todo a completar el viaje por la vida.
"El amor -que es Dios- recibirá nuestras lágrimas y suspiros como incienso quemado ante Su altar, y nos recompensará con fortaleza. Adiós, amada mía; debo irme antes que la pálida luna se desvanezca.
Una voz pura, hecha de la exigua llama del amor, y de la desesperanzada amargura del anhelo, y de la decidida dulzura de la paciencia, dijo:
-Adiós, Amada mía.
Se separaron, y la elegía de su unión fue velada por los gemidos de mi lloroso corazón.
Contemplé la aletargada Naturaleza, y reflexionando profundamente descubrí la realidad de un hecho numeroso e infinito: lo que ninguna fuerza puede exigir, ni influencia adquirir, ni riqueza perseguir. No puede ser borrado por las lágrimas del tiempo ni muerto por la tristeza; algo que ni los azules lagos de Suiza ni los maravillosos monumentos de Italia pueden revelar.Es algo que se fortalece con la paciencia, crece a pesar de los obstáculos, se guarece en invierno, florece en primavera, hace soplar la brisa en verano y da frutos en otoño: hallé al Amor.
Khalil Gribran
Cuando las aves se guarecieron entre las ramas y las flores plegaron sus pétalos, y cayó el terrible silencio, escuché el susurro de unos pasos en la hierba. Agucé el oído y vi que una joven pareja se aproximaba a mi árbol. Se sentaron bajo sus ramas desde donde podía verlos sin ser visto.
El joven miró hacia uno y otro lado, y luego oí que decía: -Siéntate a mi lado, amada mía, y escucha mi corazón; sonríe, que tu felicidad es el símbolo de nuestro futuro; sé dichosa, que los días luminosos se regocijan con nosotros. "Mi alma me alerta de la duda de tu corazón, porque dudar del amor es pecado.
"Pronto serás la dueña de este vasto territorio, iluminado por esta luna maravillosa; pronto serás la señora de mi palacio y los siervos y criados estarán a tus órdenes.
"Sonríe, amada mía, como sonríe el oro de las arcas de mi padre.
"Mi corazón rehusa negarte su secreto. Doce meses de viajes y placer nos aguardan; pasaremos un año derrochando el oro de mi padre en los azules lagos de Suiza, y contemplando los monumentos de Italia y Egipto, y descansando bajo los Sagrados Cedros del Líbano; conocerás a las princesas que te envidiarán las joyas y vestidos.
"Todo esto haré por ti; ¿Estarás satisfecha?
Pronto los vi pisotear las flores como los ricos pisotean los corazones de los pobres. Cuando se alejaron de mi vista comencé a hacer comparaciones entre el dinero y el amor, y a analizar el lugar que ocupaban en mi corazón.
¡Dinero! ¡Origen del amor insincero, fuente de falsa luz y fortuna; manantial de aguas contaminadas; desesperanza de la ancianidad!
Aún vagaba por el vasto desierto de la meditación cuando una pareja desaliñada y espectral pasó junto a mí y fue a sentarse en la hierba; dos jóvenes, un hombre y una mujer, que habían salido de la choza de su granja cercana para venir a este sitio desapacible y solitario.
Después de unos instantes de completo silencio, escuché las siguientes palabras, pronunciadas entre suspiros por entristecidos labios:
-No derrames lágrimas, amada mía; el amor que abre nuestros ojos y esclaviza nuestros corazones nos brinda las bondades de la paciencia. Consuélate de nuestra demora, porque hemos hecho un voto y hemos penetrado en el santuario del Amor; porque nuestro amor crecerá en la adversidad; porque en nombre del Amor padecemos los obstáculos de la pobreza y el rigor de la desdicha y el vacío de la separación. Combatiré estas penurias hasta triunfar, y poner en tus manos el valor que te ayudará a pesar de todo a completar el viaje por la vida.
"El amor -que es Dios- recibirá nuestras lágrimas y suspiros como incienso quemado ante Su altar, y nos recompensará con fortaleza. Adiós, amada mía; debo irme antes que la pálida luna se desvanezca.
Una voz pura, hecha de la exigua llama del amor, y de la desesperanzada amargura del anhelo, y de la decidida dulzura de la paciencia, dijo:
-Adiós, Amada mía.
Se separaron, y la elegía de su unión fue velada por los gemidos de mi lloroso corazón.
Contemplé la aletargada Naturaleza, y reflexionando profundamente descubrí la realidad de un hecho numeroso e infinito: lo que ninguna fuerza puede exigir, ni influencia adquirir, ni riqueza perseguir. No puede ser borrado por las lágrimas del tiempo ni muerto por la tristeza; algo que ni los azules lagos de Suiza ni los maravillosos monumentos de Italia pueden revelar.Es algo que se fortalece con la paciencia, crece a pesar de los obstáculos, se guarece en invierno, florece en primavera, hace soplar la brisa en verano y da frutos en otoño: hallé al Amor.
Khalil Gribran
Palabras Preliminares
En ningún caso cambiaría las risas de mi corazón por las riquezas de las multitudes; ni me contentaría con convertir en quietud a las lágrimas de mi agonía interior. Es mi ferviente deseo que toda mi vida en esta tierra sea por siempre de lágrimas y sonrisas.
Las lágrimas que purifican mi corazón y me revelan el secreto de la vida y sus misterios,
La risa que me acerca a mis prójimos;
Las lágrimas que me unen a los desdichados,
La risa que simboliza la dicha de mi propio ser.
Prefiero mil veces la muerte feliz antes que una vida vana e inútil.
Un ansia eterna de amor y belleza es mi deseo; ahora se que los favorecidos no son sino desdichados, pero para mi espíritu los suspiros de los amantes son más reconfortantes que la melodía de una lira.
La flor envuelve sus pétalos al oscurecer y el Amor la arrulla, y al amanecer abre los labios para recibir los besos del Sol anunciados por fugaces cúmulos de nubes que llegan y se van.
La vida de las flores es esperanza y logros y paz; es de lágrimas y risas.
Se evaporan las aguas y ascienden hasta convertirse en nubes que se arraciman en los picos y los valles; y al enfrentar la brisa, cae sobre los campos y se confunde con los arroyos que corren dichosos hacia el mar.
La vida de las nubes es una vida de reuniones y despedidas; de lágrimas y sonrisas.Así el alma se separa del cuerpo y se dirige hacia el mundo material, transitando como una nube por los valles de tristeza y las.. montañas de felicidad, hasta que enfrenta a la brisa de la muerte y retorna a su lugar de origen, ese océano infinito de amor y belleza que es Dios.
Khalil Gribran
Las lágrimas que purifican mi corazón y me revelan el secreto de la vida y sus misterios,
La risa que me acerca a mis prójimos;
Las lágrimas que me unen a los desdichados,
La risa que simboliza la dicha de mi propio ser.
Prefiero mil veces la muerte feliz antes que una vida vana e inútil.
Un ansia eterna de amor y belleza es mi deseo; ahora se que los favorecidos no son sino desdichados, pero para mi espíritu los suspiros de los amantes son más reconfortantes que la melodía de una lira.
La flor envuelve sus pétalos al oscurecer y el Amor la arrulla, y al amanecer abre los labios para recibir los besos del Sol anunciados por fugaces cúmulos de nubes que llegan y se van.
La vida de las flores es esperanza y logros y paz; es de lágrimas y risas.
Se evaporan las aguas y ascienden hasta convertirse en nubes que se arraciman en los picos y los valles; y al enfrentar la brisa, cae sobre los campos y se confunde con los arroyos que corren dichosos hacia el mar.
La vida de las nubes es una vida de reuniones y despedidas; de lágrimas y sonrisas.Así el alma se separa del cuerpo y se dirige hacia el mundo material, transitando como una nube por los valles de tristeza y las.. montañas de felicidad, hasta que enfrenta a la brisa de la muerte y retorna a su lugar de origen, ese océano infinito de amor y belleza que es Dios.
Khalil Gribran
Se Bella y Se Triste
¿Qué me importa que seas buena?
Se bella y se triste, las lágrimas
Añaden encanto a tu rostro
Como la lluvia al paisaje,
La tormenta rejuvenece las flores.
Te amo más aun cuando la alegría
Huye del balcón de tu frente,
Cuando tu corazón se hunde en el horror,
Cuando sobre tu frente se despliega
La temible nube del pasado.
Te amo cuando tus grandes ojos derraman
Un agua tibia como sangre,
Cuando a pesar de mi mano acompañante,
El peso de la angustia horada tu voz
Como un quejido agonizante.
Y aspiro, divina voluptuosidad,
Himno de profunda delicia,
Todos los sollozos de tu pecho,
Y creo que tu corazón se ilumina
Con las perlas que caen de tus ojos.
Charles Baudelaire
Se bella y se triste, las lágrimas
Añaden encanto a tu rostro
Como la lluvia al paisaje,
La tormenta rejuvenece las flores.
Te amo más aun cuando la alegría
Huye del balcón de tu frente,
Cuando tu corazón se hunde en el horror,
Cuando sobre tu frente se despliega
La temible nube del pasado.
Te amo cuando tus grandes ojos derraman
Un agua tibia como sangre,
Cuando a pesar de mi mano acompañante,
El peso de la angustia horada tu voz
Como un quejido agonizante.
Y aspiro, divina voluptuosidad,
Himno de profunda delicia,
Todos los sollozos de tu pecho,
Y creo que tu corazón se ilumina
Con las perlas que caen de tus ojos.
Charles Baudelaire
El Mar Mayor
Mi alma y yo fuimos a bañarnos al gran mar. Y al llegar a la playa, empezamos a buscar un sitio solitario y escondido.Pero mientras caminábamos por la playa vimos a un hombre sentado en una roca gris, que tomaba de un saco puñados de sal y los arrojaba al mar.-Este es el pesimista -dijo mi alma-. Vámonos de aquí, pues no podemos bañarnos en presencia del pesimista. Seguimos caminando, hasta llegar a una caleta; allí vimos, de pie en una roca blanca, a un hombre que llevaba un cofre enjoyado, del que tomaba azúcar para arrojarla al mar.-Y este es el optimista -dijo mi alma-, tampoco él debe ver nuestros cuerpos desnudos.Seguimos caminando. Y en otro lugar de la playa vimos a un hombre que tomaba con la mano peces muertos, y los devolvía al agua.-Tampoco podemos bañarnos enfrente de este hombre -dijo mi alma-, pues este es el filántropo.Y seguimos nuestro camino.Luego nos encontramos a un hombre que trazaba el contorno de su sombra en la arena. Llegaban grandes olas y borraban el trazo; sin embargo, aquel hombre seguía una y otra vez dibujando su sombra.-Este es el místico -dijo mi alma-. Apartémonos de él.Y seguimos caminando, hasta que en otra calmada ensenada vimos a otro hombre, que recogía espuma del mar y la vertía en un vaso de alabastro.-Este es el idealista -dijo mi alma-. De ninguna manera debe ver nuestra desnudez.Y seguimos caminando. De pronto, oímos una voz, que gritaba:- ¡Este es el mar; el vasto y poderoso mar!Y al acercarnos vimos que era un hombre que daba la espalda al mar y que aplicaba un caracol a su oído, para oír el murmullo marino.-Pasemos de largo -dijo mi alma-. Este es el realista; el que da la espalda a todo lo que no puede abarcar de una mirada, y se contenta con un fragmento del todo.Y pasamos de largo. Y en un lugar lleno de maleza, entre las rocas, un hombre había enterrado su cabeza en la arena. Y le dije a mi alma:-Nos podemos bañar aquí, pues este hombre no puede vernos.-No -dijo mi alma-. Porque éste es el más mortífero de todos los hombres; es el puritano. -Luego, una gran tristeza se reflejó en el rostro de mi alma, y también entristeció su voz. -Vámonos de aquí -dijo-. Pues no hay ningún solitario y oculto lugar donde podamos bañarnos. No dejaré que este viento juegue con mi cabellera de oro, ni dejaré que este viento acaricie mi seno desnudo, ni que esta luz descubra mi sagrada desnudez.Y luego abandonamos aquel mar, para ir en busca del Mar Mayor.
¿Puedes decirme con cuál de estas personalidades te identificas?, Mira y escucha a tu alma tal vez este gritando, escuchala, ya que ella es tu mejor amiga.
Khalil Gibran
¿Puedes decirme con cuál de estas personalidades te identificas?, Mira y escucha a tu alma tal vez este gritando, escuchala, ya que ella es tu mejor amiga.
Khalil Gibran
Sencillez
Se requiere mucha inteligencia para ser sencillo.
La sencillez no es apariencia externa,
ni retiro, ni renuncia,
ni adaptación a un patron de vida,
ni "poca ropa",
ni "moderados gastos monetarios".
La sencillez no se encuentra,
a menos que seamos
interiormente libres,
sin apegarnos a creencias rígidas,
dándonos cuenta
de nuestros impedimentos,
forjando una conciencia
no-rutinaria y creativa.
La sencillez proviene del conocimiento,
no es una virtud ni una disciplina.
El ser sencillo surge
de la comprensión de lo que somos.
El "hacerse sencillo"
es el encubrimiento
de lo que somos
mediante el cultivo de un ideal.
Jiddu Krishnamurti
La sencillez no es apariencia externa,
ni retiro, ni renuncia,
ni adaptación a un patron de vida,
ni "poca ropa",
ni "moderados gastos monetarios".
La sencillez no se encuentra,
a menos que seamos
interiormente libres,
sin apegarnos a creencias rígidas,
dándonos cuenta
de nuestros impedimentos,
forjando una conciencia
no-rutinaria y creativa.
La sencillez proviene del conocimiento,
no es una virtud ni una disciplina.
El ser sencillo surge
de la comprensión de lo que somos.
El "hacerse sencillo"
es el encubrimiento
de lo que somos
mediante el cultivo de un ideal.
Jiddu Krishnamurti
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